jueves, octubre 24, 2013

¡¡¡¡¡¡¡ LOS INTESTINOS !!!! MUY BUENO !!!!!!

Una bomba en sus intestinos

El equivocado estilo de vida de varias generaciones ha culminado en una terrible intoxicación de nuestro organismo. Los tres factores principales que han provocado esta situación son:
  1. El estrés y la falta de ejercicio físico.
  2. El aumento de contaminantes, empezando por los metales pesados presentes en el aire, en el agua y en los alimentos que consumimos.
  3. Una alimentación que nuestros intestinos no toleran bien y que conlleva la inflamación del tubo digestivo y la porosidad intestinal, fuente de innumerables males.
  4. Pero el cuerpo no se queda de brazos cruzados. Al contrario, ¡no deja de enviarnos señales de que se encuentra en peligro! Diarrea, estreñimiento, dolores abdominales, hinchazón, flatulencias, mal aliento, dolor de cabeza, insomnio y cambios de humor son, entre otras alertas, su manera de gritarnos ¡SOCORRO!
    Así lo había entendido ya el médico griego Hipócrates hace 2.500 años, y los últimos estudios en nutrición no hacen sino confirmarlo una y otra vez: sólo podremos gozar de buena salud si nuestro aparato digestivo funciona correctamente.
    “Con toda seguridad”, decía Hipócrates, “el origen de las enfermedades no se debe buscar más allá de las ventosidades y gases intestinales, tanto por exceso como por defecto, o cuando penetran en el cuerpo en gran cantidad o cargados de olor pestilente”.
    Quédese con la última frase, pues es importantísima. Cuando Hipócrates dice “los gases penetran en el cuerpo” quiere decir que el intestino no es una barrera impermeable. Todo lo contrario. Cuando se produce una fermentación insalubre de la comida, una gran cantidad de toxinas penetra en la sangre y después en el resto del organismo, donde pueden llegar a acumularse y provocar importantes daños.
    Una prueba clara de este desorden es que una mala digestión, que conlleva malos olores en el intestino, suele provocar mal aliento. Y eso ocurre simplemente porque los gases de mal olor pasan a la sangre y van a parar después a los pulmones.

    El problema está en que estos gases también se encuentran en otras partes del organismo, donde llegan a acumularse (por ejemplo en las articulaciones). Es decir, que no se eliminan a través del aliento en su totalidad, ni mucho menos.

Las heces normales prácticamente no huelen

Por ello es importante señalar que unas heces normales prácticamente no huelen. Los gases y las heces con mal olor indican un desajuste.

Para RESTABLECER EL INTESTINO, 1)elimine de su dieta los alimentos que no tolera. Para ello quizá sea necesario contar con la ayuda de un nutricionista para que haga un diagnóstico, pero debe saber que las intolerancias alimentarias más habituales están relacionadas con los cereales refinados -sobre todo el trigo rico en gluten- y con los lácteos. Debe eliminarlos de su alimentación durante tres o cuatro semanas y observar qué ocurre.
 Al mismo tiempo, será indispensable cuidar su higiene vital realizando más 2)ejercicio físico suave (el esfuerzo físico duro agrava la inflamación), respirando mejor (coherencia cardiaca) y tomándose su tiempo para comer y masticar.
3)Para restaurar la calidad de la mucosa intestinal debe elegir alimentos antiinflamatorios (frutos secos y pescado rico en omega-3, verduras cocidas, ensaladas, especias dulces…) e infusiones (cálamo, ortiga, milenrama…). Y finalmente, en la mayoría de los casos será necesario 4) resembrar la flora intestinal con buenos probióticos.
Antes de seguir, quiero dejar clara la diferencia entre probióticos y prebióticos, palabras que con frecuencia se confunden. Los probióticos son microorganismos vivos que viven en nuestro organismo, formando parte de la flora intestinal. Al añadirse como suplemento en la dieta, afectan beneficiosamente al desarrollo de la flora en el intestino. Por el contrario, los prebióticos son sustancias no orgánicas, que nutren y favorecen el desarrollo de los probióticos del sistema digestivo para que puedan desarrollarse.

La flora intestinal: un regalo –o una condena- desde el nacimiento

Mientras usted se encontraba en el vientre de su madre, su tubo digestivo era estéril. Sin embargo, a las 72 horas de nacer ya contenía mil billones de bacterias y levaduras procedentes, en el caso de los niños nacidos por parto natural, de la flora vaginal de la madre.
La flora vaginal depende en gran medida de la flora intestinal, así que las madres con una buena flora intestinal se la transmiten a sus hijos al nacer. Si por el contrario poseen cepas de bacterias y levaduras patógenas (causa de enfermedades), los bebés también las tendrán.
En el caso de los niños nacidos por cesárea, la microflora procede del entorno, es decir, del hospital. Si no se corrige a tiempo, la flora intestinal de origen hospitalario puede tener consecuencias dolorosas para toda la vida.
Posteriormente, la flora intestinal evolucionará según la alimentación, las enfermedades y, por supuesto, se verá afectada por los medicamentos que se tomen (sobre todo antibióticos).
los alimentos ricos en fibra son buenos para la flora intestinal, así como los alimentos lactofermentados (chucrut, pepinillos, aceitunas…).
En cualquier caso, pueden darse situaciones en las que sea necesario aportar a nuestra flora algunos ingredientes que sirvan para ayudarla a recuperar, en poco tiempo, un equilibrio duradero.

Qué debe contener un buen producto probiótico

Los ingredientes dirigidos a restablecer el equilibrio duradero de la flora intestinal son:

  1. Cepas “probióticas” que se encuentran quizá en cantidad insuficiente (en especial en el caso de los bebés nacidos por cesárea o aquellos cuya madre tenía una flora desequilibrada, y en todos los casos en los que la microflora ha sido alterada por factores endógenos o exógenos). Se han realizado ensayos clínicos en particular con cinco biotipos bacterianos, de los cuales cuatro son bacterias del grupo láctico (Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus paracasei, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium lactis) y una del grupo propiónico (Propionibacterium freudenreichii).
  2. Cofactores metabólicos indispensables para el crecimiento de la microflora probiótica: oligosacáridos prebióticos, vitaminas del grupo B, magnesio y manganeso.
  3. Cofactores fisiológicos destinados a proteger y regenerar los enterocitos que forman la mucosa intestinal: fosfolípidos, lactoferrina, glutamina, inmunoglobulinas procedentes del calostro, carotenoides y vitaminas del grupo B.
Esta combinación de ingredientes activos que actúan en sinergia favorece la regeneración rápida de la microflora intestinal, sobre todo cuando se encuentra fuertemente alterada.
La calidad se paga

Como norma general, la calidad, o lo que se percibe como tal, es cara.

 En el complejo mundo de los suplementos alimenticios, es fundamental que conozca las tácticas de los vendedores.

Imagínese, por ejemplo, que su médico le recomienda tomar calcio: el glicerofosfato, gluconato o pidolato de calcio… (estos tres últimos son los mejores para la salud, dicho sea de paso).

El riesgo de las cápsulas y comprimidos de probióticos

Con los probióticos, que se forman a partir de microorganismos vivos, es aún peor. En 2010 un estudio demostró que la mayor parte de los probióticos que se venden en el mercado no contienen el número suficiente de bacterias vivas como para producir algún efecto.
¿Nos debemos sorprender?
La mayoría de probióticos se venden hoy en día en forma de cápsulas o de comprimidos.

En los comprimidos hay un número extremadamente bajo de bacterias vivas, ya que la presión necesaria para formar el comprimido hace que la temperatura suba por encima de los 50ºC y mate a una gran parte de ellas. Por tanto, es casi imposible que existan comprimidos de probióticos que ofrezcan buenos resultados.
Algunos fabricantes fingen haber encontrado la solución vendiendo comprimidos de probióticos que de antemano se han protegido con microencapsulación. El problema está en que este tratamiento incrementa de manera desmesurada el volumen de los probióticos. Para ingerir la cantidad necesaria (mil millones como mínimo) tendríamos que tomar cien comprimidos al día.
¿Qué pasa con los probióticos en un medio líquido?
En un medio líquido fermentado (por ejemplo, a base de leche animal o vegetal), las bacterias probióticas no se pueden conservar mucho tiempo. Las diferentes cepas presentes transformarán los azúcares y las proteínas del medio en ácidos orgánicos y agua oxigenada, que las bacterias no podrán soportar a largo plazo.
Por otro lado, es imposible conservar una mezcla de cepas probióticas en equilibrio dentro de un medio líquido, ya que cada una de ellas evoluciona de manera diferente durante la fermentación y
la conservación.
Pongamos por caso el yogur clásico. Tan solo contiene dos cepas bacterianas (Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus), ya de por sí muy poco probióticas. Pero es que además, después de su conservación, que se extiende desde el lugar de fabricación hasta casa (varias semanas), la supervivencia de las bacterias y el equilibrio entre cepas se altera fuertemente. Como consecuencia de ello, el producto que usted consume en casa no permite regenerar la flora intestinal, sino únicamente conservar las condiciones de pH beneficiosas para el intestino.

Cómo debe ser un buen probiótico

Para actuar eficazmente sobre la microflora intestinal deben darse varias condiciones:
Se necesita un conjunto de cepas bacterianas testadas clínicamente y con caracteres probióticos complementarios (capaces de desarrollarse en la mucosidad y adherirse a la mucosa intestinal, que sean inhibidores de gérmenes oportunistas y patógenos, que estimulen la inmunidad, etc.). Se necesita una población bacteriana elevada. Mil millones de bacterias es el mínimo; por debajo de esta cifra, el efecto es prácticamente nulo. Diez mil millones es lo preferible y garantiza una eficacia elevada cuando la flora intestinal está fuertemente desequilibrada,Porque hay que recordar que, a lo largo de su trayecto por el tracto digestivo, las bacterias soportan inhibiciones (pH gástrico, secreción biliar…) que destruirán a las que sean más débiles


Se necesita agregar un conjunto de ingredientes que permitan a las bacterias probióticas fijarse y desarrollarse rápidamente en el intestino (calcio, magnesio, manganeso, aminoácidos, lactoferrina y fosfolípidos, dotados cada uno de propiedades particulares)


El conjunto se debe conservar en forma de polvo liofilizado dentro de sobres estancos, en una atmósfera de nitrógeno, al abrigo de la luz, del oxígeno del aire y de la humedad. Por esta razón los sobres están hechos de tres capas (polietileno, aluminio y polietileno) que garantizan una excelente impermeabilidad evitando el contacto entre las bacterias y el aluminio, que es tóxico.
No malgaste el dinero con los probióticos Las personas que toman probióticos malgasatan cada año cientos de euros simplemente porque los consumen en el momento equivocado, lo que reduce su eficacia hasta prácticamente cero.
Y es que los probióticos se destruyen en gran medida por la acidez del estómago cerrado, es decir, rada

  • mientras está produciendo mucho jugo gástrico (rico en ácido clorhídrico) para la digestión de los alimentos.
    Así que es muy importante tomar los probióticos cuando el estómago está vacío o, dicho de otra manera, al levantarse por la mañana. En ese momento, el nivel de pH del estómago es prácticamente neutro. Pero aún más importante: en esos momentos se encuentra abierta la puerta que cierra el estómago (el píloro), que es el que impide que la comida pase al intestino antes de ser digerida.
    La forma perfecta de tomar probióticos es diluyendo el producto en polvo en un vaso de agua templada a unos 35ºC (para reavivar las bacterias, sin matarlas por el agua muy fría o muy caliente), y después beber el contenido, que directamente pasará al intestino a través del píloro, que está abierto. Los probióticos se mantendrán sanos y salvos. Después podrán viajar tranquilamente por todo el intestino delgado para llegar a su destino, el colon, o podrán dejar su equipaje, instalarse…y tener muchos hijos.
    Como curiosidad, ahora ya entenderá por qué en India, donde se toma un tipo especial de leche fermentada denominada lassi, muy rica en probióticos, ésta siempre se bebe antes de las comidas.
  • La discusión sobre el bifidus


    De hecho, las bacterias de tipo “bifidus” son importantes y beneficiosas para los lactantes y los niños muy pequeños. Según algunos estudios, los niños alérgicos a los yogures presentan una flora intestinal menos rica en bifidobacterias que los niños no alérgicos.
    Sin embargo, si se consumen yogures con bifidus a diario se corre el riesgo de desequilibrar la flora y favorecer el aumento de peso. Lo mismo ocurre con las leches fermentadas azucaradas, pero en este caso lo que supone un problema es el azúcar añadido que contienen estos productos, ya que los niños que lo toman a menudo corren el riesgo de engordar.


  • Qué marca elegir

    En resumen, estoy convencido de que hace falta buscar un producto que se acerque lo más posible a los criterios que le he comentado antes, es decir

    Que conste de al menos cinco cepas bacterianas con rendimientos probióticos contrastados, y cuya concentración se aproxime a los diez mil millones de bacterias por dosis diaria.

    Que contenga prebióticos (oligosacáridos) y los factores de crecimiento (minerales, oligoelementos, vitaminas y aminoácidos) que van a estimular el desarrollo de bacterias probióticas una vez lleguen al colon.

    Que suministre sustancias que participen en la regeneración de la mucosa intestinal (fosfolípidos, lactoferrina, inmunoglobulinas procedentes del calostro, glutamina y vitaminas del grupo B).

    Que se presente en forma de polvo seco, en un sobre estanco en una atmósfera de nitrógeno, con el fin de garantizar una conservación duradera, incluso sin tomar precauciones especiales durante un viaje.

    Y sobre todo, que esté fabricado a partir de los ingredientes más biodisponibles, independientemente de lo que cuesten.



    fuente: Salud Nutrición Bienestar


     

    viernes, agosto 09, 2013

    PREBIÓTICOS Y PROBIÓTICOS

    Si tenemos un tubo digestivo mal cuidado, poblado de bacterias y hongos oportunistas y patógenos (en particular, Candida albicans) y contaminado por alimentos mal digeridos, corremos el riesgo de que se quede atascado por materia fecal tóxica. Esta situación puede provocar desequilibrios y trastornos de distinta gravedad.
    En concreto, se puede sufrir estreñimiento habitual, gases, diarreas, inflamaciones de distinta índole, alteraciones en la piel, cambios de humor o enfermedades más graves, como una colopatía funcional, una diarrea sangrante e incluso cáncer de colon.
     Un intestino sucio conlleva el riesgo de tener un sistema inmunitario deficiente. Se es más vulnerable ante enfermedades infecciosas e inflamatorias relacionadas con el aparato digestivo, respiratorio, urogenital, etc.
     Además, tener el colon “enfermo” también es un factor desencadenante de trastornos emocionales. Poca gente lo sabe, ni siquiera todos los médicos, pero las células del intestino producen el 80% de la hormona del buen humor (la serotonina) que se encuentra en el cuerpo.
     De alguna manera, el intestino es nuestro “segundo cerebro”, así que tenemos que cuidarlo muy bien.
     Cuidar el tubo digestivo
    El intestino no es ni una chimenea que haya que deshollinar, ni una tubería que haya que desatascar. De hecho, es más delicado, y a la vez mucho más sencillo.
     Por lo general no deberíamos hacer nada. La madre naturaleza lo ha previsto ya todo: un ejército de miles de millones de microorganismos que pueblan el colon (el último tramo del intestino, justo antes del recto), que día y noche lo protegen y limpian impidiendo que las bacterias y levaduras dañinas se desarrollen e invadan la zona.
     Este inmenso ejército recibe el nombre de “flora intestinal” o “microbiota”.
    Utilizar el término “flora” aplicado al intestino puede chocar, pero lo cierto es que hace referencia al número de especies de bacterias y levaduras (200 tipos como mínimo) que ahí cohabitan, como ocurre en los jardines botánicos. Y cada persona tiene su propia flora intestinal, tan personal como su huella dactilar.
     Los malos olores no son normales La función principal del colon es fermentar los alimentos que no se han digerido completamente para extraer los últimos nutrientes y hacer que pasen a la sangre. Cuando el colon está sano y funciona bien, sólo quedan residuos inutilizables que se evacuan con regularidad, y que no desprenden mal olor.
     Por el contrario, en presencia de bacterias y levaduras nocivas, el tránsito se altera produciendo estreñimiento o diarrea y los residuos alimentarios huelen mal. Además, cuando se tiene una mala digestión, aparte de ser desagradable en sí mismo, nuestro organismo no puede extraer los nutrientes de la comida de manera satisfactoria. Si no se hace nada al respecto, se puede llegar a tener déficit nutricional, o incluso carencias.
    La flora nociva produce también gas carbónico, metano e hidrógeno en abundancia. Y los gérmenes se extenderán hasta provocar bolsas de gas a lo largo del colon, generándonos la sensación de que vamos a estallar. Las flatulencias y gases no tienen nada de gracia. Indican una mala digestión y también que el colon necesita ayuda. Este círculo vicioso se origina por la falta de bacterias “buenas”, beneficiosas para la salud, que favorezcan la digestión.
     El reto es el siguiente: tenemos que favorecer la proliferación de bacterias beneficiosas mediante la implantación de especies favorecedoras de bacterias saludables y el uso del “abono” adecuado. Y, al mismo tiempo, debemos impedir que se desarrollen las especies patógenas, origen de enfermedades.
     Redescubrir los productos fermentados
     Todas las semiconservas fermentadas contienen bacterias del grupo láctico (Lactococcus, Enterococcus, Leuconostoc, Pediococcus, Streptococcus, Lactobacillus…).
    Nuestros antepasados comprendieron instintivamente que los productos fermentados se conservaban bien y que su consumo era beneficioso para la salud. Desde comienzos del siglo pasado, el mundo de la microbiología ya puso poco a poco de manifiesto que algunas bacterias desarrolladas espontáneamente en los productos con fermentación láctica poseían características “probióticas”, es decir, beneficiosas para la salud.
     El chucrut se viene consumiendo desde la época de los Romanos, y la col fermentada sigue siendo hoy un plato importante de la cocina centroeuropea, desde Alsacia hasta Ucrania. En Polonia, Ucrania y muchos países de Europa del Este se consume borsch, una sopa de verduras cuyo ingrediente principal es el zumo fermentado de remolacha.
     También en los países asiáticos destaca el consumo de col fermentada, como en el kimshicoreano, aunque la mayoría de las verduras pueden consumirse de esta manera: zanahorias, berenjenas, cebollas, pepinos…
    En la cocina occidental, las aceitunas, pepinillos, remolacha, nabos, etc. se conservan mediante fermentación láctica. No obstante, la industria agroalimentaria tiende cada vez más a conservar los productos en escabeche o en vinagre, o a esterilizarlos tras la fermentación, lo que destruye las bacterias. La cerveza de hoy en día suele pasteurizarse a pesar de estar fermentada, por lo que contiene muy pocas bacterias y levaduras.
     Por el contrario, la leche fermentada es muy rica en bacterias beneficiosas para la salud con características “probióticas” de diferentes propiedades en función de la especie y biotipo bacteriano utilizado.
     Es el caso del yogur (fermentado por Streptococcus thermophilus y Lactobacilus bulgaricus), la leche acidófila (fermentada por Lactobacillus acidophilus), la leche con bifidus(fermentada por Bifidobacterium bifidum, longum, breve o lactis), el kéfir (fermentado por varias especies de Lactococcus, Leuconostoc, Lactobacillus, Sacharomyces, Kluyveromyces, etc.). Todos estos tipos de leche fermentada son importantes para la salud, especialmente si la materia prima procede de cabra, oveja o yegua. En lo que respecta a los yogures clásicos, cada vez más y más personas desarrollan una intolerancia a la leche de vaca, que se manifiesta en inflamaciones como rinitis, sinusitis, artritis, artrosis, etc.
     Comer adecuadamente
     Se deben consumir con moderación alimentos en estado puro, no procesados, como la carne, el queso, las grasas y los azúcares simples (o monosacáridos), ya que pueden romper el equilibrio de la microflora. Sirva como ejemplo el elevado consumo de azúcares simples: sacarosa, fructosa, maltosa, lactosa, glucosa…
    En muchos países accidentales se consumen un promedio de 120 gramos al día de azúcar (equivalente a entre 15 y 20 cucharaditas de postre diarias). La mayor parte de este azúcar se “cuela” a través de productos elaborados (refrescos y bebidas azucaradas, cereales, derivados lácteos, etc. que se endulzan con fructosa, el principal edulcorante industrial). Esta cifra es alarmantemente alta. Debería reducirse como mínimo hasta colocarse por debajo de los 10 kilos al año. Y también deberíamos reducir el consumo de carne, grasas saturadas y lácteos.
     Así que prioricemos las frutas, legumbres y cereales integrales, bayas, frutos secos, pescados grasos ricos en nutrientes como el colágeno, minerales, vitaminas liposolubles y ácidos grasos omega-3. Podemos tomar algo de carne, lácteos (sobre todo leche de cabra y oveja) y aceites vegetales (preferiblemente aceite de oliva o nuez), algo menos de grasas saturadas y muy pocos dulces.
     Importante:
    • Mastique y ensalive bien los alimentos, sobre todo aquellos ricos en almidón, como los cereales, las frutas, las verduras y las legumbres. Masticar adecuadamente garantiza que la primera fase de la digestión tenga lugar en la boca bajo los efectos de la amilasa de la saliva, evitando una fermentación intestinal putrefacta que produzca toxinas.
    • No abuse de los alimentos que en ocasiones producen reacciones de intolerancia, como pueden ser la leche de vaca y sus derivados, los cereales modernos ricos en gluten y sus derivados.
    • Evitar el agua con cloro. Se añade cloro al agua del grifo antes de que ésta sea distribuida para el consumo precisamente porque acaba con los gérmenes dañinos que pueda contener. Es una gran idea y, desde que se inició esta medida, enfermedades como la disentería o el cólera han desaparecido en los países desarrollados. No obstante, el cloro tiene el mismo efecto en nuestro tubo digestivo: tiende a desinfectarlo, matando indistintamente a los microorganismos buenos y a los malos. Hay que evitar el contacto innecesario con sustancias bactericidas (que matan bacterias) o fungicidas (que matan levaduras y hongos), incluidos los productos para desinfectar las manos y la piel, porque acaban con todas las cepas microbianas, sean éstas buenas o malas. Además, la piel y los órganos sexuales también están cubiertos de una microflora que hace frente a los gérmenes nocivos, así que más vale cuidarla.
     Si se toman todas estas precauciones, la microflora protectora se reequilibrará ella sola, siempre y cuando nuestra alimentación y nuestra forma de vida se lo permitan, ya que son los dos medios más poderosos que tenemos para recobrar la salud.
     Para hacer el proceso más fácil, se pueden tomar también algunos complementos alimenticios. El problema es que la mayor parte de los “probióticos” a la venta no funcionan. ¿No será porque se ofrecen en formato de comprimidos, lo que implica que se ha debido aplicar una fuerte compresión de sus componentes, que hace subir la temperatura y, por tanto, ha matado las bacterias
    Alimentos Prebióticos y Probióticos  Flora intestinal, clave de la salud
    ¿Que es un probiotico?  ¿Y un prebiotico?  El estrés, los malos hábitos alimentarios y el abuso de antibióticos son sólo algunos de los factores que pueden afectar negativamente el necesario equilibrio de nuestra flora intestinal.
    Y en tales casos la ingesta de los llamados productos probióticos -que contienen microorganismos vivos y activos una vez que colonizan el intestino-, prebióticos -que estimulan la acción bacteriana- o simbióticos -que asocian a ambos- es una buena alternativa, natural y sin efectos secundarios para mejorar sensiblemente el funcionamiento intestinal y, por extensión, optimizar nuestra salud.
    De un tiempo a esta parte se están poniendo de moda los llamados "alimentos funcionales". Son alimentos enriquecidos que no sólo aportan a quien los ingiere beneficios meramente nutricionales sino también otros que le permiten mejorar su salud. Pues bien, tal es el caso de los probióticos y prebióticos que, además de nutrir a quien los consume, colonizan el intestino modificando positivamente la flora intestinal y mejorando el funcionamiento del sistema inmune y, por tanto, la salud global del organismo.
    Flora intestinal, clave de la salud
    Para algunos expertos la clave de nuestra salud reside en nuestros intestinos hasta el punto de que los consideran algo así como las raíces del árbol llamado hombre. Y es que el intestino no es un simple órgano de absorción. Es el elemento más relevante para la actividad del sistema inmune y los mecanismos de protección inespecífica ya que es en él, precisamente, donde son más activos. Sus células inmunocompetentes reconocen los agentes patógenos y activan la producción de linfocitos que, a su vez, segregan anticuerpos inespecíficos.
     Cuando nacemos el tracto gastrointestinal es estéril pero poco después se instala de forma permanente un complejo conjunto de aproximadamente 400 tipos diferentes de microorganismos que trabajan en armonía para el mantenimiento de la salud. Esa microflora -la flora intestinal- pesa más de un kilo, puede estar compuesta por hasta 100 billones de microorganismos diferentes y tiene una actividad metabólica global similar a la de un hígado. Una vez que esa microflora se ha instalado puede verse afectada negativamente por factores como el consumo de alimentos muy refinados pobres en fibra, los tratamientos antibióticos y el estrés, entre otros. Pero también se le puede ayudar mediante la introducción en nuestra dieta de alimentos prebióticos y probióticos, alimentos considerados funcionales porque son capaces de modificar la flora intestinal, entre otros efectos saludables. De esta forma, a la vez, se produce un efecto beneficioso sobre el sistema inmune que nos permite prevenir distintas enfermedades, incluido el cáncer.
    ¿Que es un probiotico? Hace casi un siglo el microbiólogo ruso Ilya Metchnikoff postulaba que algunas bacterias no son necesariamente perjudiciales para los humanos y que, antes bien, pueden de hecho ser benéficas para su salud y bienestar. Y fue el primero que propuso la ingesta de las bacterias contenidas en las leches fermentadas como forma de modular la flora intestinal y así evitar diversas enfermedades y alargar la vida. Sus investigaciones le valieron el Premio Nobel de Medicina en 1907.
     Desde entonces, a partir de estas primeras aportaciones, la ciencia ha trabajado para conocer más de los hoy llamados "probióticos" a los que Fuller definió en 1989 como "aquellos microorganismos vivos, principalmente bacterias y levaduras, que son agregados como suplemento en la dieta y que benefician al huésped mejorando el balance microbiano de su flora intestinal".
     Estos microorganismos ingeridos a través de la alimentación logran llegar vivos al intestino delgado donde interaccionan con las bacterias de la microflora endógena. Además colonizan el intestino grueso y estabilizan la flora intestinal al adherirse a la mucosa del intestino para impedir la actividad de los microorganismos dañinos. Por tanto, estas bacterias acidolácticas tienen también propiedades inmunomoduladoras en la medida en que estimulan la producción de anticuerpos y refuerzan el sistema inmune.
     Pero, ¿qué se considera un alimento probiótico? Pues aquel que cumple una serie de requisitos muy específicos:
    • Ha de ser inocuo y sus efectos beneficiosos, se suministre solo o junto con antibióticos.
    • Los microorganismos activos que lo componen deben sobrevivir al ambiente ácido del estómago, a la presencia de sales biliares y al proceso digestivo.
    • Sus componentes deben ser capaces de colonizar el intestino y formar una barrera protectora contra bacterias patógenas como la escherichia coli, la salmonella, la staphilococus, la cándida, etc.
    • Ha de ayudar a metabolizar los carbohidratos y a absorber las vitaminas en el tracto intestinal. -Debe alterar, equilibrar y fortalecer la flora intestinal al mismo tiempo que estimula las defensas naturales del cuerpo.
    • Ha de inducir efectos locales o sistémicos beneficiosos para la salud del huésped, más allá de los meramente nutritivos.
    • Debe disminuir y prevenir el riesgo de contraer enfermedades además de mejorar el estado de salud. Pues bien, estos criterios los cumplen básicamente los alimentos que contienen lactobacilos y bifidobacterias, microorganismos procedentes de la fermentación de la leche que se conocen genéricamente como bacterias acidolácticas.
     En lo que se refiere a los lactobacilos existen diversas especies que varían enormemente en sus propiedades de adherencia al epitelio intestinal y en sus patrones de colonización, es decir, difieren ampliamente en sus propiedades probióticas o efectos beneficiosos. Entre los más utilizados en la industria alimentaria destacan los lactobacilos bulgaricus, acidophilus (principio activo de los productos farmacéuticos Lacteol del doctor Boucard, Lactofilus y Lactoliofil), casei, fermentum y plantarum. Pero además del lactobacilo, otros gérmenes han demostrado potencial terapéutico incluyendo unas pocas especies de Saccharomyces boulardii -una levadura-, la Bifidobacterium y el Streptococcus thermophilus. La clave está en que logren o no sobrevivir a los efectos de los jugos gástricos y las sales biliares. Y es precisamente en este punto donde los científicos no se ponen de acuerdo sobre cuáles son probióticos y cuáles no .
     En cuanto a la importancia de la actividad de los probióticos cabe decir que los científicos han demostrado su efecto beneficioso en estados patológicos como diarreas, síndrome de colon irritable, vaginitis, infecciones del tracto urinario, desórdenes inmunológicos, estreñimiento, gripe, intolerancia a la lactosa, hipercolesterolemia y alergia alimentaria, entre otras dolencias. Se les atribuye incluso propiedades para frenar las recidivas de tumores malignos en el colon y en las mamas siempre que el nivel de población de microorganismos sea lo suficientemente alto -igual o superior a los 10 millones de células por gramo de contenido- para que ejerza adecuadamente su función. Por tanto, es imprescindible que la ingesta de probióticos sea diaria a fin de mantener niveles elevados en el ecosistema digestivo.
    ¿Y un prebiotico?
    El término prebióticos fue introducido por Gibson y Roberfroid definiéndolos como "ingredientes alimentarios no digeribles de los alimentos -en concreto, carbohidratos de cadena corta- que afectan beneficiosamente al huésped estimulando de forma selectiva el crecimiento y/o la actividad de una o de un limitado grupo de bacterias en el colon y, de este modo, mejora la salud del organismo hospedador". Es decir, se trata de sustancias -mayoritariamente de origen vegetal- que estimulan el crecimiento y la actividad de las especies bacterianas beneficiosas para el organismo. Además, por el hecho de que no sean digeribles por los jugos gástricos llegan intactas al intestino grueso donde potencian la absorción de los alimentos probióticos, mejoran las funciones de la flora intestinal, regulan sus funciones y hacen aumentar el número de bifidobacterias útiles. Los prebióticos controlan además durante el tránsito intestinal la absorción de grasas por parte del organismo actuando como antimicrobianos y anticancerígenos. También facilita la absorción del calcio y otros minerales además de colaborar activamente en la síntesis de vitaminas del complejo B y de la vitamina K.  Entre los prebióticos destacan sustancias como los oligosacáridos y la inulina, hidratos de carbono de estructura compleja y cadena corta que pasan sin digerir del intestino al colon y son consumidos por las bacterias colónicas.  Estas sustancias se encuentran en alimentos como el trigo, el ajo, la cebolla, los espárragos, el puerro, la remolacha, la alcachofa y la raíz de achicoria. Cuando los ingerimos, los oligosacáridos y la inulina son transformados por las bacterias de la flora intestinal y fermentan en el colon produciendo ácidos grasos de cadena corta. Este proceso ayuda a aliviar las diarreas producidas por infecciones intestinales y nutre las células del intestino grueso.
    Además esos ácidos grasos son importantes para mantener la función de las células intestinales, disminuyen el pH colónico y previenen así la posibilidad de desarrollar cáncer de colon. Por otro lado, estimulan la inmunidad del tubo digestivo para prevenir infecciones intestinales y eliminar las bacterias patógenas y sus toxinas. Asimismo, al modular positivamente la fisiología del tracto gastrointestinal aumentan el peso de las heces y la frecuencia de evacuación intestinal.
    Por tanto, los prebióticos también encajan en la consideración de alimentos funcionales ya que, además de nutrir, proporcionan a quien los ingiere otras ventajas para su salud. Ventajas que pueden aumentar cuando se conozcan los resultados de los diferentes ensayos que están en marcha en la actualidad en torno a estas saludables bacterias.
    Fuente:  www alimentación-sana.org, esto y todos los artículos de este blog, son exclusiva copia de estas y otras  página web,solo por interés personal, sin pretender adjudicarme ninguna autoría., el objetivo de este blog es compartir lo que leo y me gusta y que a otros les pueda interesar.

    jueves, agosto 01, 2013

    SIGAMOS ESTOS CONSEJOS




    Aguacate. Es cierto que el aguacate es un fruto que contiene aceites y que en la mayoría de las dietas de reducción lo prohíben. Sin embargo, es un fruto que puede bajar el colesterol, ya que contiene un alto porcentaje de grasas insaturadas. Éstas grasas actúan reduciendo la síntesis de colesterol total y colesterol malo o LDL, y favorecen el aumento de colesterol bueno o HDL.

    Pescados de mar. Salmón, atún, trucha y todos los que sean de mar. Estos alimentos contienen ácidos omega 3 que ayuda a bajar el colesterol malo.

    Frutas y verduras. Además de ayudar a que tu colon funcione correctamente, estos alimentos también ayudarán a que bajen los altos niveles de colesterol en tu cuerpo.

    Frutos secos. Come una ración de 3 piezas entre comidas y notarás la diferencia.

    Semillas de lino y chía. Contienen ácidos Omega 3 que evita la formación de coágulos.

    Vino tinto. No podía faltar en nuestra lista. El vino tinto es considerado un excelente protector del corazón debido a que sus ingredientes ayudan a aumentar el colesterol HDL o bueno. Solo recuerda no abusar de esta deliciosa bebida.

    Chocolate amargo. Es cierto que contiene grasas saturadas, sin embargo, este delicioso alimento contiene flavonoides y grasas monoinsaturadas, las cuales protegen el corazón.

    Salvado de avena. este alimento aporta fibra soluble a tu cuerpo, misma que atrapa el colesterol y elimina su exceso.

    Manzana. Además de ser un poderoso antioxidante, ayuda a eliminar el colesterol malo y a mejorar el tránsito del tubo digestivo.

    Soya. Las proteínas que contiene este alimento tienen la propiedad de bajar el colesterol total y LDL.

    OMEGA 3 Se los encuentra en la leche, los quesos y toda clase de alimentos. Pero si consume habitualmente pescado azul y/o marisco que contienen omega 3, se puede prescindir de consumir estos productos,pero es necesario que nuestra dieta los incluya, al no poder ser sintetizados por el organismo. Entre sus efectos beneficiosos hay que destacar su papel protector frente a las enfermedades cardiovasculares y su capacidad de disminuir los níveles de triglicéridos. Las grasas o lípidos son imprescindibles en nuestro organismo y son, además, los elementos de nuestra alimentación que más importancia tienen en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Pero no todas las grasas son iguales ni se comportan de la misma manera en nuestro organismo.

    El omega 3 se encuentran principalmente en el pescado azul. Su consumo entre dos y tres veces a la semana nos asegura protección frente a las enfermedades cardiovasculares

    Beneficios de los Omega 3

    Está demostrado que los Omega 3 ayudan a: Reducir los triglicéridos.

     

     Optimizar la relación colesterol HDL (bueno) /LDL (malo).

    Disminuir la hipertensión arterial.

     Prevenir la aterosclerosis.

     Inhibir la producción de trombos.

     Prevenir un nuevo evento cardíaco en pacientes con infarto previo.

    LOS TOMATES !!!!!


     


    ¿Ha consumido su licopeno hoy? Si usted comió una ensalada verde con tomates frescos picados, entonces usted no sólo tuvo una buena dosis de este potente antioxidante, sino que además ha adoptado importantes medidas hacia la reducción de la presión arterial.

    Un reciente estudio doble ciego realizado en Israel ha confirmado lo que los italianos con corazón saludable han disfrutado durante siglos - los tomates (y la salsa de tomate) reducen la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiacas.

    El estudio realizado en Israel fue llevado a cabo por la Dra. Esther Paran, jefe de la división de hipertensión del Centro Médico Soroka. Se trataba de pacientes que ya estaban recibiendo tratamiento para la hipertensión, pero se que no respondían bien a los medicamentos.

    La Dr. Paran ha tenido pacientes que tomaron un suplemento de extracto de tomate. Lo que resulto en una significativa disminución de la presión arterial después de sólo cuatro semanas.

    Los tomates son muy efectivos en bajar la presión arterial dado que contienen licopeno.

    Este potente antioxidante es incluso el centro de algunos tomates híbridos cultivados por la empresa israelí, Lycomato, a fin de tener mayores concentraciones de licopeno en cada fruta.

    Otros antioxidantes que se encuentran en el tomate lo convierten en un súper-alimento en la prevención de las enfermedades del corazón. Incluso puede ayudar a evitar la oxidación del colesterol LDL que hace que se pegue a las arterias y reduciendo así el pasaje, causando un aumento en la presión arterial.

    Incluso durante la temporada pico de crecimiento puede resultar difícil consumir cuatro tomates enteros al día, que es la cantidad recomendada para tener un impacto positivo sobre la presión arterial.

    Aquí hay algunas maneras de obtener los beneficios de los tomates sin tener que comer directamente de la planta:

    1. Haga Chile. Usar puré de tomate, que es una forma concentrada de tomates, como base para su chile utiliza los antioxidantes sin el grueso de un tomate entero.

    Agregue un poco de bisonte ultra magro y alto en proteínas, frijoles con ajo picado, cebollas y pimienta de cayena, y tiene un plato saludable para el corazón y el requerimiento de un día completo de tomate.

    2. Dado que el uso de aceite de oliva con los tomates aumenta la calidad de la curación, haga su salsa roja para la pasta con tomates, pasta de tomate y aceite de oliva para saltear el ajo y la cebolla.

    La pasta de tomate utilizada para hacer la salsa contiene más de 10 veces los nutrientes de un solo tomate.

    3. Acompañe cualquiera de estas entradas con una ensalada fresca y corte un tomate entero en la parte superior. Usted recibirá una cuarta parte de la ingesta de tomate allí mismo.

    4. Tome jugo de tomate. Es mejor hacer su propio jugo fresco para que pueda controlar el sodio. Los jugos comprados en la tienda pueden tener altos contenidos de azúcar y conservantes con base de sodio.

    Si usted tiene un extractor de jugos, puede hacer increíbles jugos vegetales para adaptar a su propio añadiendo zanahorias, apio y algunos condimentos de bajo contenido de sodio.

    5. Tome un suplemento de tomate. Si usted no puede comer tomates, en ese caso un suplemento de 200 mg proporciona el equivalente a más de los cuatro tomates requeridos.

    Añadir tomates a su dieta puede reducir la presión arterial sistólica en 10 puntos y la diastólica en 4 puntos, como fue evidente en el estudio de Israel.

     No importa como los corte, los tomates mantendrán fortalecido su sistema inmunológico y reducirán la presión arterial.

    ROMPE PIEDRAS PARA CALCULOS RENALES


    ROMPE PIEDRAS, PARA CALCULOS RENALES 




    Quiebra piedra para cálculos renales. Esta planta herbácea pequeña de unos 45 cms, es anual y crece de manera silvestre; se encuentra en muchas regiones del mundo y es muy conocida por su uso medicinal.Sus hojas tienen entre 7 y 12 cms de largo, deflorespequeñas de color blanco- verdoso; sus frutos son de unos 2 a 3 mm, posee una raíz larga y poco ramificada.
    La quiebra piedra es reconocida por su uso en las afeccionesrenalesde cálculos a los riñones; además de poseer propiedades diuréticas y para su uso en la hepatitis B.
    La dosis recomendada es de 15 a 20 gr de tallo y hojas en agua hervida, dejar reposar 10 minutos, cuele y bébala. Se puede tomar hasta 3 veces al día durante 2 a 3 meses, descansar 15 días y luego continuar el tratamiento.

     El uso continuado, puede disolver los cálculos y además previene de la formación de nuevos cálculos, por eso su indicación para añadirla al mate.
    Tiene muchas otras denominaciones, según las regiones ; se la puede llamar: Chancapiedra, chanca piedra, quiebra piedra,viernes santo, yerba de san pablo. fuente nutricion.com y agrosalud

    SOPAS, SAQUEMOS NUESTRAS PROPIAS CONCLUSIONES

    Artículo de facebook
    Los peligros de las Sopas en sobre.

     ... Todos los países, han sido invadidos por la comida chatarra, siendo las sopas instantáneas las más buscadas y consumidas, por la comodidad de tener una comida 'completa' en cinco minutos. Abundan las marcas, y sopas Doria del Menú, Knorr, Maggi y Maruchan se convirtieron en sinónimo de sopa instantánea. En realidad, todas son iguales y no importa la marca: todas son malas para la salud..


     LAS SOPAS INSTANTANEAS SON LO PEOR QUE SE PUEDE COMER:
     

     CONTIENEN SOLO QUIMICA: ADITIVOS QUIMICOS, COLORANTES, SABORIZANTES, MUCHA SAL Y UNADITIVO QUE ES UN VERDADERO VENENO:
     EL TEMIDO GLUTAMATO MONOSÓDICO. ( AJI NO MOTO )
     ¿Qué es el Glutamato Monosódico Es un aditivo utilizado para dar más sabor a los alimentos industrializados, como caldos de pollo en cubitos, salsas, frituras, cubos de tomate y SOPAS INSTANTÁNEAS. En los años 60´s se popularizó un sazonador de marca AJINOMOTO, que se usaba como sal en todos los alimentos. Fue retirado del mercado al descubrir que era altamente cancerígeno. Era glutamato monosódico puro. Entonces, los industriales lo empezaron a usar combinado con otros aditivos para sazonar los alimentos industrializados. ¿QUE PASA CON EL GLUTAMATO? En los restaurantes de comida china o japonesa descubrieron que algunos clientes empezaron a sufrir diversos trastorno que le afectaban la salud y que se conoció como el síndrome del restaurante chino y que consistía en dolores de cabeza, irritación en los ojos, visión borrosa, taquicardia, sudoración excesiva, comezón generalizada, diarreas y asma, entre otros síntomas. Los estudios médicos encontraron que el GMS tenía un efecto tóxico en las células nerviosas y que favorecía la obesidad y la esterilidad. Y en algunos casos, encontraron que el Glutamato favorecía la aparición de células cancerígenas. Es decir, las "inocentes" sopas Knorr, Maggi, Doria y Maruchan puden provocar ASMA Y CANCER. Eso, suponiendo que las sopas se calentaran en la estufa, sacándolas de sus envases plásticos y colocándolas en ollas o sartenes de metal o barro. PERO OTRA COSA PEOR SE DESCUBRIO DESPUES: Al calentar la sopa, como se hace casi siempre, en su envase de polietileno y en horno de microondas, el plástico del envase suelta DIOXINAS, o sea las toxinas que provocan el CANCER.
    TENEMOS EN EL MERCADO UNOS PRODUCTOS, LAS SOPAS DORIA, KNORR, MAGGI, MARUCHAN Y SIMILARES, que nos pueden dar, por el mismo precio, asma, obesidad, diabetes y cáncer. COMO EL MINISTERIO DE SALUD LE HA DADO EL VISTO BUENO A ESOS PRODUCTOS, QUEDA EN MANOS DE USTED DECIDIR SI SIGUE COMPRANDOLOS Y CONSUMIENDOLOS.
     Discovery Health había sacado un programa especial dedicado a las sopas instantáneas, señalando un peligro más que produce su consumo: siendo de lentísima digestión, se queda atorada en los intestinos hasta por varios días, provocando a varios clientes APENDICITIS. El Uso del Caldo Instantáneo en Cubos o en Sobres, es UN PELIGRO para todas las personas con Colon Irritable, porque son elaboradas con Glutamato Monosódico !!!.

     DIFUNDE ESTA INFORMACIÓN
     POR EL BIEN DE LA SALUD Y DE TU FAMILIA Y AMIGOS.
    fuente avisos facebook 
     

     Y SI PUEDES CONSUMIR PRODUCTOS NATURALES Y FRESCOS; NO LO DUDES, HAZLO

    jueves, julio 18, 2013

    BENEFICIOS DE LA PAPA

    La papa cruda, este tubérculo nativo de América, puede ser utilizada para curar problemas de salud -la hipertensión-, así como también para mejorar la belleza de la piel. Además, ¡es deliciosa!
    La papa puede ser utilizada en su totalidad, inclusive la cáscara, con la que podemos hacer un té para tratar la hipertensión y mejorar la circulación. Algunos dicen que el ácido clorogénico de la cáscara previene la mutación de células normales a cancerosas y también actúa como diurético natural.

    Además, las papas crudas son alcalinas, lo que ayuda a la desintoxicación del sistema digestivo y curar las úlceras estomacales -alivia la inflamación y el dolor-. Para esto debemos hacer un jugo de papa cruda -preferentemente roja-, que también nos será de gran ayuda si sufrimos de artritis, al combinarlo con tés de hierbas como la salvia o el té de ortiga.
    El jugo de la papa también es eficaz en el tratamiento de migrañas y estreñimiento, tomado en ayunas por la mañana como limpiador de nuestro hígado. Si lo mezclamos con un poco de miel reduce los efectos de las intoxicaciones alimentarias, elimina el exceso de ácido úrico y limpia los intestinos. Para tratar la hepatitis necesitaremos consumir 250 cc. de jugo de papa cruda a diario.
    Si tenemos heridas o esguinces, un cataplasma de papa cruda aliviará el dolor, en el caso de quemaduras, la papa rayada.
    Propiedades-de-la-papa-cruda-3.jpg
    Algunas personas utilizan el jugo de la papa cruda para curar eczemas, piel seca y manchas en la piel. La papa cruda mantendrá nuestra piel hidratada, clara y desinflamada, evitando y camuflando los signos del envejecimiento. Algunos ingredientes de la papa -como vitamina C y el calcio- permiten generar colágeno y elastina más rápidamente y acelerar la renovación celular.
    Además, la papa cruda puede ser un exfoliante suave de la piel, y tiene propiedades antibacterianas que dejarán la piel verdaderamente limpia, al tiempo que ayuda a eliminar las ojeras.
    Las papas son una fuente esencial de energía, incluso cuando estamos a dieta. Tienen alto contenido de carbohidratos, por lo que ayudan a que el cuerpo funcione correctamente y realice todas sus funciones. Además, la papa tiene cantidades significativas de vitamina C, que refuerzan el sistema inmune y nos ayudan a prevenir enfermedades; así como también a aportar antioxidantes que ayudan a reparar el cuerpo. Tienen también vitamina B, ácido fólico, magnesio, hierro y potasio, que mejoran la función cerebral y evitan la formación de cálculos de calcio en los riñones.

    Por otro lado, podría ser una solución para bajar la presión, las kukoaminas, un compuesto encontrado en las papas, pueden regular a los hipertensos mediante un consumo habitual. Además, fitoquímicos y vitaminas, especialmente los flavonoides que contiene la papa, ayudan a proteger de enfermedades cardiovasculares y reducir los niveles de colesterol malo; al tiempo que se protegen las arterias de la inflamación, evitando ataques cardíacos y enfermedades cerebrovasculares.
    Las papas también tienen un alto contenido de fibra, lo que ayuda a una digestión saludable y protege al cuerpo del cáncer de colon. La vitamina B6, por su parte, nos permite la renovación celular, que el sistema nervioso permanezca saludable y que nuestro estado de ánimo esté equilibrado. Con esta vitamina se crean neurotransmisores, necesarios entre otras cosas para regular el estado de ánimo y enfrentar el estrés
     
    Como no podía ser de otra manera, los beneficios de la papa también se extienden al ámbito de la belleza. Por ejemplo, es muy utilizado su jugo para disminuir las manchas en la piel y blanquearla, y unas rodajas aplicadas en las quemaduras del sol pueden hacer verdaderas maravillas.
    Además, las papas evitan que se formen arrugas prematuras, dando brillo y suavidad a la piel. Ayuda tambień a signos del cansancio en al cara y los ojos, especialmente a reducir las ojeras.
    Respecto al cabello, la cáscara de papa puede ayudar a oscurecer el cabello con canas.
    ¿Conocías los beneficios de la papa? ¿Cuál es tu forma favorita de comerla? Recuerda que siempre es mejor una papa al horno, o una rellena, que un buen plato de papas fritas, aunque si quieres, de vez en cuando puedes darte el gusto.La papa también tiene muchos usos medicinales. Entre ellos figuran sus usos para tratar los cálculos al riñón, los males a la próstata, la gastritis y las hemorroides. Algunas recetas caseras muy fáciles de hacer son:
    • Para disolver cálculos renales, hierve papas en agua. Cuando las papas estén listas reserva el agua y tómala como agua de tiempo. Otra modalidad es licuar la papa cruda y tomar ese extracto. Esto debe hacerse a diario y notará los excelentes resultados.
    • Si te cortaste o arañaste, corta un pedazo de papa y póntelo en la zona afectada. Esto ayudará a la cicatrización de la herida.
    • ¿Tienes un fuerte dolor de cabeza? Ralla una papa, envuélvela en un pañuelo y ponlo sobre la cabeza. Relájate y deja actuar a este maravilloso tubérculo.
    • Para bajar los niveles de glucosa en la sangre, consume papa sancochada diariamente.
    • La cáscara de la papa contiene fibra y, por eso, comer la cáscara ayuda a regular problemas intestinales y de estreñimiento.
    • Por su alto contenido de fenoles, la papa se convierte en un alimento antioxidante y anticancerígeno.
    • Para bajar de peso la cascara de papa es un excelente tratamiento que ayuda al organismo a eliminar grasas.también se usa en :
      -Afecciones renales, cálculos renales: lavar bien varias papas y hervirlas en dos litros de agua. Cuando las papas estén listas, reservar el agua y tomar el liquido en ayunas o durante el día.
      -Artritis, reumatismo: tomar un caldo de cáscara de papa.
      -Bajar la presión: preparar infusión de papa y tomarla regularmente
      -Cicatrizante: aplicar una cataplasma
      -Cortes, golpes y raspones: cortar la papa en dos colocarla la pulpa sobre la zona afectada
      -Diabetes: ingerir un kilo de papa diariamente en las preparaciones sin grasa que desee
      -digestivo, diurético, hepatitis: preparar 250ml. Jugo de papa e ingerir diariamente. Si desea, también puede tomar en sopa
      -Dolor de cabeza: rallar la papa, envolverla con un pañuelo húmedo y aplicarla sobre la frente
      -Gastritis, úlceras gástricas: tomar jugo de papas cruda con un poquito de miel, cuatro veces al día o tomar esta preparación solo por las mañanas y añadirle dos gotitas de sangre de grado
      -Hemorroides, laxante: licuar papa cruda para preparar un jugo y añadirlo media cucharadita de miel. Tomar dos cucharaditas de esta preparación cada mañana con el estomago vació
      -Hinchazón: tomar infusión de papa rallada y pepino
      -Inflamación de la próstata: hervir la papa y pelarla. Reservarla la cáscara y aplicarle sobre la próstata
      - Inflamación vaginal: lavar muy bien la papa, rallarla cruda y aplicarle por las noches. Cambiar seis veces y repetir durante 3 noches
      -Picadura, quemadura: aplicar cataplasma de pulpa de papa en las zonas afectadas

    Aporte nutricional de la papa

    La papa es un excelente alimento por su aporte nutricional: suministra fibras, vitaminas B y C y minerales. Las cáscaras son altas en potasio.
    Estas son algunas de las propiedades de la papa cruda, un tubérculo que nos ayuda a mejorar nuestra salud y nuestra belleza de forma fácil y económica
    fuente: otra medicina

    viernes, julio 12, 2013

    PROBLEMAS DE HIGADO ALGUNOS REMEDIOS







    Aceite de oliva

    Un remedio muy eficaz para la desintoxicación del hígado consiste en tomar, en ayunas, una cucharada sopera de aceite de oliva extra virgen con un buen chorro de limón.

    Conviene mantener esta mezcla en la boca durante un minuto porque así se consigue, al mezclarse con la saliva, que nuestro cuerpo la absorba mucho mejor.


    Remedio con decocción de
    diente de león para problemas de hígado

    Diente de León

    El diente de león es una planta estimulante de la función hepática y biliar. Por sus propiedades depurativas y hepatoprotectoras puede utilizarse para depurar la sangre de toxinas y proteger al hígado de una posible degeneración causada por intoxicaciones alimentarias o químicas.

    La forma habitual de consumo es una decocción(*), empleando 100 g de raíz en litro y medio de agua. Tomar tres tazas al día.

    (*) Una decocción o cocimiento es un método para extraer el principio activo de una planta, consistente en hacer hervir sus partes más duras, desmenuzadas, en agua a fuego lento, de 3 a 30 minutos, y dejando reposar después al menos durante 10 minutos 
    Remedio con alcachofa para problemas de hígado

    alcachofa
     
     
     
     

    La alcachofa es una planta que protege al hígado y ayuda a su recuperación en caso de enfermedades hepáticas.
    Puede tomarse:

    en infusión, empleando dos cucharadas de hojas secas por litro de agua.

    en extracto

    Remedio con cardo mariano para problemas de hígado

    Cardo mariano, Sylibum marianum

    El cardo mariano es una planta que posee una alta concentración de silymarina, lo que facilita la secreción de bilis y previene la absorción innecesaria de toxinas, además de ser un gran protector hepático contra los efectos causados por el alcohol. Es una gran ayuda para mantener un hígado sano.

    Puede consumirse de varIas maneras:

    en ensalada, combinando sus hojas con otros vegetales.

    preparando sus semillas en forma de tisana.

    consumiendo directamente sus semillas.
    Fuente paginas web